miércoles, 31 de octubre de 2012

ES POSIBLE ALCANZAR LA SANTIDAD EN ESTE TIEMPO...


Claro que alcanzar la santidad es posible.
La llamada a la santidad resuena con mucha fuerza en este tiempo  en toda la Iglesia.
Es necesario (con urgencia) abandonar nuestra vida mediocre y luchar con todas nuestras fuerzas para vivir santamente los pocos o muchos años que el Señor nos conceda vivir de paso por la Tierra.
No es imposible porque "nada es imposible para Dios".
Tampoco es fácil pero ¿acaso vivir la vida humana es fácil para alguien?
"Sean santos como su Padre celestial es santo". Un mandato, una invitación, un guiño a la alegría, un empujón a nuestra humanidad, un descanso para el corazón...
"NOS HICISTE, SEÑOR, PARA TI, Y NUESTRO CORAZÓN ESTÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSE EN TI".
San Agustín nos invita a descansar YÁ el corazón en Dios... y en la hora de nuestra muerte...
Pintemos nuestras vidas y pintemos en el mundo la gran esperanza que llevamos en el corazón porque sabemos con certeza que en Cristo está SANTIDAD.

De un salto pongámonos en marcha, como Bartimeo, para ir hacia Jesús y pedirle el milagro de ver con claridad que El camino que conduce al Padre, la verdad que clara nuestra dudas y la vida que nos desborda en la alegria de saber que en El se encuentra todo. Amén.

martes, 30 de octubre de 2012

BAMOS para mí


BAMOS para mí
La palabra BAMOS en sí, representa movimiento, un andar para llegar a Dios siguiendo el camino de Jesús. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí…” (Juan, 12,9).
BAMOS es un proceso de tres etapas:
PRIMERA ETAPA
SE INICIA CON LA PRACTICA de la ASCESIS
v   Ascesis o Ascetismo significa la disciplina, en un estilo de vida sencillo y austero para conseguir la perfección espiritual. Es una actitud que nos lleva a seguir únicamente el camino de Jesús. En BAMOS, la palabra en sí nos enseña el camino, cada letra es un peldaño que debemos ir subiendo. El camino no es sencillo, consideremos poner varias veces la palabra BAMOS seguida una de la otra y tendremos la dirección correcta. Entonces, BAMOS en sí, es una actitud de DISCIPLINA.

SEGUNDA ETAPA
BEBER DE LA FUENTE 
v  Mística es  la fuente en donde nos llenamos de la Gracia, es la unión del alma humana con Dios.  En BAMOS encontramos los medios para buscar alcanzar  fuente y vivir la Mística : Biblia, Adoración, Misa,  Oración . Como dice en Padre Wences: Se trata vivir “La íntima comunión con Dios”. BAMOS es el camino a la Santidad. Pero debemos de vaciarnos de todo y llenarnos de Dios, hasta que el vaso se desborde; y como consecuencia, nos lleve al siguiente paso: El Servicio que se traduce en Acción.

 TERCERA ETAPA
ENTREGA TOTAL
v  Acción   “Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto: porque separados de mí no pueden hacer nada.” (Juan,15,5). BAMOS, nos lleva a vivir el amor sin limites y el amor se traduce en Servicio y el servicio mete al cristiano en  Acción  . Como podemos ver, es la última letra de la palabra, porque así debe ser. Para poder dar Gracia a nuestros Hermanos, primero debemos de llenarnos de ella. La práctica de BAMOS nos convierte en hombres y mujeres contemplativos y en Acción. Nos ayuda a vivir una sana espiritualidad acorde a nuestro tiempo.






jueves, 25 de octubre de 2012

Tres etapas de la intercesión


Cuando vemos el papel de Cristo como nuestro Gran Intercesor, encontramos tres etapas importantes en la intercesión: 


1. La identificación 
2. El sacrificio de Sí mismo 
3. El poder y la autoridad 



Un INTERCESOR es "aquél que se pone en la brecha, que ora, pide a favor de otros y también de naciones enteras". 



PRIMERA ETAPA: 
LA IDENTIFICACIÓN 



La verdadera intercesión, primero que nada requiere una identificación. Como nuestro intercesor, Cristo se identificó con nosotros, tomando El mismo la forma de carne y sangre. Él dejó Su gloria en el cielo y Su gloria con el Padre y vino a ser como uno de nosotros de tal forma que Él puede ser un Sumo Sacerdote misericordioso que siente nuestras enfermedades y por lo tanto es apto para interceder a nuestro favor. 


En nuestra intercesión, primero debemos desear identificamos con aquellos por los cuales estamos intercediendo. 
Debemos identificamos de tal manera que tomemos sus cargas sobre nosotros, que sintamos su dolor y sufrimiento y presentar sus necesidades delante del Padre como si fueran nuestras. 
No es suficiente el sólo decir, "Señor salva a los perdidos". 
Como intercesores debemos primero que nada identificarnos con la gente que está perdida a nuestro alrededor, en nuestras comunidades y ciudades. 
No hay ninguna otra forma de orar efectivamente por los perdidos, si no podemos identificarnos con ellos hasta el punto de sus necesidades. 
Lo que está pasando en la Iglesia hoy día, es que los cristianos se han separado y aislado de los perdidos. 
Debemos desear identificarnos con los alcohólicos y drogadictos, con las prostitutas, con aquellos que han sido abandonados, con los pandilleros, hasta el punto de sentir sus enfermedades, su dolor, su sufrimiento y que nuestros corazones sean movidos a tener una verdadera compasión por ellos. Es entonces cuando seremos capaces de ponemos en la brecha delante de Dios e interceder de una manera efectiva por ellos y mover la mano de Dios. 
Este tipo de identificación se manifestó en la vida de Cristo. Como nuestro Sumo Sacerdote Intercesor, El se puso en nuestro lugar. El puso nuestra naturaleza sobre Sí mismo. El aprendió a obedecer a través del sufrimiento. El fue tentado en todo. "Y, Aquél que no cometió pecado se hizo pecado por nosotros". (II Corintios 5:2 1) A través de Su intercesión por nosotros, El obtuvo Su posición de poder supremo y autoridad sobre todas las cosas. 
Un intercesor es capaz de pedir efectivamente porque El entrega su vida por otros. La intercesión no substituye el pecado. Sólo hubo un substituto para el pecado... JESUCRISTO. 
La verdadera intercesión identifica al intercesor con aquél por el que se intercede, y lo lleva a un lugar predominante con Dios. En nuestra intercesión por otros, debemos desear estar en el lugar donde ellos están. Debemos identificamos con sus necesidades y sentir sus enfermedades y así intercederemos de una forma efectiva a su favor. 




SEGUNDA ETAPA: 
EL SACRIFICIO DE SI MISMO 



Cristo, el Gran Intercesor hizo el sacrificio máximo, dando Su vida por nosotros. Jesús dijo: 


"Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos". (Juan 15:13) 


En nuestra intercesión, debemos poner nuestra propia vida como sacrificio a favor de aquellos por los que estamos orando. Debemos crucificamos y dejar a un lado nuestros propios deseos y entregarnos en sacrificio a través de la oración y el ayuno a favor de las necesidades de otros. 
Jesús dijo: "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la Tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto". (Juan 12:24) 
Solamente cuando morimos a nosotros mismos, a nuestros deseos, y nos entregamos en sacrificio a través del ayuno y la oración por los demás, el Espíritu Santo fluirá a través de nosotros para cumplir Su trabajo de intercesión. 
Uno de los ministerios principales del Espíritu Santo sobre la Tierra hoy, es la intercesión. Es el Espíritu Santo quien pone en nuestro corazón la carga por los demás y nos llama a interceder. Solamente si morimos a nosotros mismos, el Espíritu Santo fluirá con libertad e intercederá a través de nosotros. 
Hoy día hay muchos cristianos que piensan erróneamente que no son aptos o que no saben como interceder. La verdad es que venimos a ser intercesores por causa del Intercesor que vive en nosotros. Cuánto más morimos, y nos llenamos del Espíritu Santo, más podrá utilizamos e interceder a través de nosotros. 
Cuando llegamos al punto de someter completamente nuestras vidas, deseos, planes, pensamientos y permitimos al Espíritu Santo reinar con libertad en nuestras vidas, NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGÚN LÍMITE en la intercesión... 



"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos ". 
(Romanos 8:26-27) 



Durante la intercesión cuanto más nos llenemos del Espíritu Santo, El orara a través de nosotros. Cuando empezamos a orar en el Espíritu en lenguas desconocidas, el Espíritu comienza a clamar e interceder con "gemidos indecibles". 
Cuando oramos en el Espíritu, en lenguas, nos estamos edificando en fe. (Judas 20) El Espíritu Santo fluye en nosotros para fortalecemos en el tiempo de necesidad. 
Cuando estamos frente a circunstancias que nos abruman en lo natural, cuando empezamos a orar en el Espíritu Santo, en lenguas, El intercede por nosotros. 



TERCER ETAPA: 
EL PODER Y LA AUTORIDAD 



A través de la intercesión de Cristo, Su identificación, Su obediencia y Su completa sumisión a la voluntad de Dios, Su propio sacrificio, Su muerte en la cruz, El obtuvo Su posición de supremo poder y autoridad sobre todas las cosas. 
Cuando morimos a nosotros mismos y permitimos que el Espíritu Santo tenga control absoluto para orar a través de nosotros con gemidos indecibles, entraremos en el terreno de poder y autoridad que nos pertenece en el Nombre de Jesús. Hemos ganado esta posición de poder espiritual a través de la intercesión en donde seremos capaces de proclamar palabras de liberación. Estamos investidos con la autoridad del Espíritu Santo; y es desde esta posición que se harán esas "mayores cosas en el Nombre de Jesús" de las cuales el Señor habló. Esta es la verdadera intercesión. 
En muchas ocasiones he estado en el frente de batalla para orar en el Espíritu por las misiones, clamando y gimiendo por las necesidades de esa nación durante horas y horas hasta sentir el poder y la unción de Dios. La batalla es ganada primeramente a través de la intercesión antes de ver la gran victoria de miles de personas aceptando a Cristo y el poder sanador a sus vidas. 
Esta posición de poder y autoridad no es algo que podemos obtener por nuestra propia fuerza. Es una posición de intercesión en la que el Espíritu Santo nos da a medida que El nos llena. El Intercesor que vive en nosotros completará Su trabajo de intercesión en la Tierra a través de nosotros mientras presentemos nuestros cuerpos como sacrificio vivo. 
En esta nueva dimensión de poder y autoridad a través de la intercesión seremos capaces de venir delante de Dios a favor de nuestras necesidades, de nuestras familias, de aquellos que amamos, de nuestras ciudades y tomar todo lo que Dios ha prometido en Su Pacto con nosotros. 



¡USTED TIENE UN LLAMADO 
SANTO Y SAGRADO! 



El papel de intercesor es un llamado santo. Así como Jesús intercedió por el mundo a través de Su vida y muerte y nos reconcilió con Dios, Su Iglesia, usted y yo, hemos sido llamados a interceder y a reconciliar al hombre con Dios. 
Por Su Espíritu usted tiene un real sacerdocio. 
El Apóstol Pedro dijo: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó a Su luz admirable". (I Pedro 2:9) 



En su papel como miembro de la "Fuerza de Ataque", Dios lo está llamando a venir delante de El y presentar las necesidades de la gente que lo rodea, creyendo que El interviene, salva, sana, libera y rompe todo yugo de esclavitud de sus vidas. 
Dios quiere que usted sea un intercesor, no sólo a través de la intercesión sino a través de su propia vida ... a través de sus acciones así como de sus palabras. 
Cuando usted interceda recuerde estas tres etapas vitales: 



- IDENTIFICACIÓN 
- SACRIFICIO DE Sí MISMO 
- PODER Y AUTORIDAD 



El tipo de intercesión al cual Dios nos está llamando, implica mirarle cara a cara, orando, clamando, llorando y gimiendo en el Espíritu. Implica consagrarnos y apartarnos para ayunar y orar esperando delante de El y no dejándolo ir hasta que la obra se haya cumplido. Requiere que nosotros nos pongamos en la brecha a favor de otros. 
Dios quiere usarlo a usted en este tiempo final para cumplir Su voluntad. Cuando nos unamos en esta nueva y poderosa dimensión de oración, veremos las respuestas a la oración como nunca. 


vestiduras liturgicas

Esquema de la Liturgia Bizantina Uniata. Por Rev. P. FR. Agatangel de la Transfiguración. OFM. CAP.+ Doctor en Derecho Canónico.- I- Prótesis o Proskomedia 1. Oraciones ante las Puertas Santas y Vestición de los celebrantes. 2. Preparación de la Ofrenda: pan y vino, destinados al sacrificio. 3. Incensación de la iglesia. II- Liturgia de los catecúmenos o de la Palabra 1. Oraciones preparatorias ante el Sagrado Altar. 2. Letanías y cantos iniciales intercalados por el diácono y por oraciones del sacerdote. 3. Pequeña entrada o entrada con Evangelio. 4. Trisagio ("Agios o Theos"). 5. Lecturas: a) de las Epístolas, o de los Hechos. b) del Evangelio. Separadas unas de otras por los Prokimenes: sermones. 6. Letanías y oraciones después del Evangelio y despedida de los catecúmentos. III.- Liturgia de los fieles a) Antes de la Anáfora: 1. Oraciones por los fieles. 2. Gran entrada o procesión para trasladar las ofrendas, del pan y del vino a la sagrada Mesa. 3. Ofertorio. 4. Beso de la paz. 5. Símbolo de la fe (Credo). b) La Anáfora (Canon): 1. La gran Anáfora eucarísüca o de acción de gracias: 1. Prólogo. 2. Salmo. 3. Conmemoración de la vida del Señor. 4. Conmemoración de la Cena. 2. Consagración: 1. Palabras de la institución sobre el pan. 2. Palabras de la institución sobre el vino. 3. Epíclesis o invocación para que Dios envíe al Es­píritu Santo. 4. Elevación de ambas especies consagradas. 3. La gran oración de intercesión: 1. Súplica general por los vivos y los muertos (Dípticos). 2. Letanías y oración antes del Padre nuestro. 3. Padre nuestro. 4. Paráfrasis de la fórmula final del Padre nuestro. 4. Elevación-fracción-comunión: 1. Oración de la


I- Prótesis o Proskomedia
1. Oraciones ante las Puertas Santas y Vestición de los celebrantes.
2. Preparación de la Ofrenda: pan y vino, destinados al sacrificio.
3. Incensación de la iglesia.
II- Liturgia de los catecúmenos o de la Palabra
1. Oraciones preparatorias ante el Sagrado Altar.
2. Letanías y cantos iniciales intercalados por el diácono y por oraciones del sacerdote.
3. Pequeña entrada o entrada con Evangelio.
4. Trisagio ("Agios o Theos").
5. Lecturas:
a) de las Epístolas, o de los Hechos.
b) del Evangelio.
Separadas unas de otras por los Prokimenes: sermones.
6. Letanías y oraciones después del Evangelio y despedida de los catecúmentos.
III.- Liturgia de los fieles
a) Antes de la Anáfora:
1. Oraciones por los fieles.
2. Gran entrada o procesión para trasladar las ofrendas, del pan y del vino a la sagrada Mesa.
3. Ofertorio.
4. Beso de la paz.
5. Símbolo de la fe (Credo).
 b) La Anáfora (Canon):
1. La gran Anáfora eucarísüca o de acción de gracias:
1. Prólogo.
2. Salmo.
3. Conmemoración de la vida del Señor.
4. Conmemoración de la Cena.
2. Consagración:
1. Palabras de la institución sobre el pan.
2. Palabras de la institución sobre el vino.
3. Epíclesis o invocación para que Dios envíe al Es­píritu Santo.
4. Elevación de ambas especies consagradas.
3. La gran oración de intercesión:
1. Súplica general por los vivos y los muertos (Dípticos).
2. Letanías y oración antes del Padre nuestro.
3. Padre nuestro.
4. Paráfrasis de la fórmula final del Padre nuestro.
4. Elevación-fracción-comunión:
1. Oración de la adoración.
2. Exclamación "Lo Santo para los Santos" y eleva­ción del Sagrado Pan.
3. Fracción del Sagrado Pan.
4. Confesión de fe antes de la Comunión.
5. Comunión.
6. Acción de gracias.
7. Bendición final, despedida y distribución del pan bendito.
creer temas de liturgia

POSICION DE LA MANO DERECHA DE LOS CONCELEBRANTES EN LA CONSAGRACION


La concelebración: manu dextera...

Hace algún tiempo hablamos de los inicios de la reforma de la concelebración. Allí aludíamos a cierta controversia que, desde el punto de vista del derecho litúrgico hay que considerar resuelta -aunque a alguno le pese-, pero que es necesario conocer un poco más. Dicha controversia fue sintetizada en un artículo de Ignasi M. Fossas que nos limitamos aquí a resumir (1). Y esto lo hacemos como continuación del tema ya tratado anteriormente, pero impulsados después de la lectura del libro sobre la concelebración de Guillaume Derville, que nos ha dejado un cierto sabor agridulce -aunque más agrio que dulce-.

En su artículo, Fossas recuerda la indicación de la IGMR, que es la misma en la actualidad: "Las palabras del Señor, si parece conveniente, con la mano derecha extendida hacia el pan y hacia el cáliz" (IGMR 222, c). Continúa con los precedentes a los que ya aludimos a la hora de hablar de la reforma de la concelebración: los estudios de A. G. Martimort, que comprendía este gesto como indicativo, y los de Vagaggini, que lo consideraba epiclético. La primera dificultad a este gesto lo tuvo la interpretación que se hizo de él después del ensayo de concelebración "con los miembros del Consilium llevado a cabo en el monasterio de S. Anselmo, en Roma" (2). El benedictino, lo mismo que mons. Enrico Dante, compartían la principal crítica: "En el momento de las palabras de la consagración, los concelebrantes, inclinados ligeramente, extendían la mano -con la palma hacia abajo- hacia el pan y el cáliz. Este gesto evocaba, para algunos, el saludo fascista, por lo cual el autor propone un simple gesto indicativo que, al igual que en la liturgia bizantina, subraye el papel activo de los concelebrantes en el cumplimiento del hecho sacramental" (3).

Cuando hablábamos de la reforma de la concelebración, citábamos las opiniones del cardenal Antonelli, que decía: "El P. Vagaggini dice que se quiere significar así la intervención del Espíritu Santo: una especie de epíclesis. Y esto justamente no me da tranquilidad". Desde aquí se comprende la siguiente toma de postura, que llegará a hacerse oficial en el Ceremonial de los Obispos. Citamos ahora, de forma literal, una parte del artículo de Fossas:

Con estos precedentes, que indicaban ya el desacuerdo existente en el seno del Consilium, aparece en 1965 en la revista Notitiae [Notitiae 1 (1965) 143] -que era entonces el órgano oficial del mismo Concilium- la siguiente nota, en la sección Documentorum explanatio:
De ritu servando in concelebratione Missae:
Ad n. 39c: Utrum liceat rubricam Ritus concelebrationis Missae n. 39, c: "Verba consecrationis, manu dextera... ad panem et ad calicem extensa" ita interpretari, ut palma manus versa sit ad latus (non ad terram), ut extensio manus intellegatur ut gestus demonstrativus et congruat cum verbis: "Hoc, Hic est..."?
Resp.: Affirmative.
Parece que con esta toma de posición a favor del gesto indicativo se liquidaba la cuestión. Sin embargo hay que señalar un detalle, y es que según advertía la misma revista, las soluciones propuestas eran tan sólo orientativas, y no revestían carácter oficial para lo cual debería pronunciarse la autoridad competente en Acta Apostolicae Sedis (4).

En mi opinión, creo que la cautela expresada en este primer número de Notitiae reflejaba la incertidumbre acerca de la revista como portavoz oficial. La decisión tomada debió ser tenida en cuenta, pero la "controversia" ya estaba iniciada y llegó a todo el clero del mundo, en la que cada uno se sintió libre de "tomar partido". Las posturas de uno y otro lado, desde el punto de vista teológico, se encuentran en bien expuestas en el artículo de Fossas. Creo no exagerar si digo que dicha controversia no era sino la primera puesta en cuestión de la teología sacramental hileformista que daba tanta importancia a la narratio institutionis y que, incluso en la reforma litúrgica comenzaba a hacer aguas para algunos estudiosos. Esta cuestión ha salido con otras formas como resultado del estudio de las anáforas occidentales y orientales.
El Ceremonial de los Obispos resuelve esta cuestión desde el punto de vista oficial -si bien Fossas habla de las tesis de T. A. Krosnicki, que escribió dos años antes que él en Ecclesia Orans sobre el mismo tema-: en la nota 79 al núm. 106 del Caeremoniale Episcoporum de 1984, se dice:

"79 Cf. Misal Romano, lnstrucción general, nn 174 a. c, 180 a, c, 188 a, c. Para la epíclesis antes de la consagración hay que extender las manos, de tal manera que las palmas estén abiertas hacia y encima de la oblata (cf. Misal Romano, ed. 1962, Rito que debe Observarse en la celebración de la Misa, Vlll, 4). Para la consagración empero, la palma de la mano derecha debe estar dirigida hacia el lado (cf. Notitiae, l, 1965, p. 143)"

Se trata, por tanto, de una explicitación del derecho litúrgico que tiene carácter oficial -se trata de un libro litúrgico-. Fossas resume las posturas al final de su artículo. Citamos las dos más importantes:

Para Martimort se trata de un simple gesto indicativo -con la palma de la mano hacia un lado-, de acuerdo con los demostrativos que acompaña -Hoc/Hic-, y con la práctica seguida en el rito bizantino; tesis asumida oficiosamente por el Consilium ya en 1965 y adoptada oficialmente en 1984 en el Caeremoniale Episcoporum. Vagaggini reclama el gesto epiclético -con la palma de la mano hacia abajo- por el interés de resaltar la intención también epiclética, además de la histórico-narrativa de las palabras de la consagración (5)

Como ya he dicho, en último término el debate sobre el gesto es un debate sobre la narratio institutionis, que no ha estado siempre presente en las plegarias eucarísticas. El libro de Derville, sorprendentemente, no dedica espacio a esta cuestión tan importante, ni siquiera en el apartado histórico donde habla de la concelebración en el Concilio Vaticano II. Evidentemente, tampoco cita el artículo de Fossas.
Sin duda, este gesto potestativo del concelebrante no pertenece a las noticias de "concelebración" que hay en la historia de la liturgia en Occidente. De ahí su carácter potestativo. Sin embargo, creo que ya es hora de volver a una sana uniformidad en cuanto a este gesto se refiere y dejar de ver tan variopinta "puesta en escena" de manos que miran hacia arriba, hacia abajo y hacia un lado, y asumir lo que manda el actual Ceremonial de los Obispos: "Para la consagración empero, la palma de la mano derecha debe estar dirigida hacia el lado".

Adolfo Ivorra


Consagración bizantina

(1) I. M. Fossas, "Manu dextera... ad panem et ad calicem extensa". Historia de una controversia, en Ecclesia Orans 9 (1992) 201-216.
(2) Fossas, 202.
(3) Ibid.
(4) Fossas, 203.
(5) Fossas, 215.

BAMOS una regla de vida para alcanzar la santidad

LA IGLESIA ORTODOXA GRIEGA DE JERUSALEN

http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=evjNwQKjYkE

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