sábado, 2 de diciembre de 2017

La corona de adviento es un itinerario que prepara a la Navidad

Uno de los símbolos más importantes durante el Tiempo de Adviento es la Corona. Está compuesta de distintos símbolos, cada uno rico en contenido. Entre ellos, destacan las velas que se colocan en ella. ¿Cuántas deben ser? ¿De qué color deben ser? Nos detendremos en estos detalles a continuación. Lo primero que vamos a resaltar es que la “Corona de Adviento”, debe durar las 4 semanas que dura el Adviento. La corona nos ayuda a prepararnos para vivir bien el Tiempo de Navidad; es un itinerario, un camino que nos lleva celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Algunos optan por poner 5 velas, si bien no sería nada grave si se enciende una quinta vela el 25 de diciembre. Sean 4 o cinco velas lo importante es delinear muy bien el contenido teológico, litúrgico, catequetico y pastoral que va servirnos como itinerario de preparación al gran misterio de la Encarnación. En la liturgia nada es un simple adorno, cada signo y símbolo esta lleno de contenido teológico y es deber del equipo litúrgico esclarecer su significado con una buena catequesis. En cuanto al color de dichas velas, varía según el país, región o comunidad, pero no es cuestión de mera tradición sino cómo se dijo anteriormente, responde a la intención del itinerario que se elija. Así, si se colocan 4 velas moradas sugiere seguir un significado teológico general de adviento como penitencia y conversión, de acorde a los colores litúrgicos que utiliza el sacerdote en los ornamentos junto con los del altar, ambón, etc., durante los domingos de Adviento. Si se colocan 3 velas moradas y 1 vela color rosa se enfatiza el domingo del Gaudete. Las 3 velas moradas son las que se encienden el primer, segundo y cuarto domingo de Adviento, mientras que la vela color rosa se enciende el tercer domingo de Adviento, conocido como el domingo Gaudete (o de la alegría, pues todas las lecturas se enfocan en la espera gozosa). Si se opta por apegarse más al itinerario que marca la liturgia en el leccionario de Adviento, el contenido teológico nos propone ser más específicos en cuanto al número y color de las velas: Primer Domingo una vela color verde, pues las lecturas de la semana giran en torno a la esperanza con actitud atenta. Segundo Domingo una vela color morado que nos recuerde visualmente el grito de Juan el bautista que sigue resonando: arrepiéntanse de sus pecados y vuélvanse al Señor. Tercer Domingo la vela rosa del gaudete, como ya hemos dicho. Cuarto Domingo colocar una vela blanca porque el leccionario hace memoria del servicio de María y su papel esencial en el misterio de la Encarnación. Noche Buena y 25 de diciembre inicio de navidad, San Juan nos recuerda que Cristo es la luz, el Sol que nace de lo alto. Este recuerdo nos propone una quinta vela color dorado que aparecia en el centro de la corona, se enciende durante el tiempo de navidad y en un candelero fuera ya de la corona de adviento, en el presbítero puede alumbrar nuestra conciencia, que Jesus, luz del mundo vino a los suyos. Recordemos que la Natividad del Señor es lo central de la celebración. El riego es que en adviento nos pase como en cuaresma, nos cansamos de esmerarnos en la preparación y dejamos de celebrar la fiesta porque no nos quedan más ánimos. La fe entra por los sentidos (cfr. Rom 10,17), por lo que cuando todo va en consonancia en número y color, se presta para vivir mejor el Tiempo que celebramos.

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