martes, 27 de junio de 2017

Bamos es para mí


BAMOS para mí
La palabra BAMOS en sí, representa movimiento, un andar para llegar a Dios siguiendo el camino de Jesús. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí…” (Juan, 12,9).
BAMOS es un proceso de tres etapas:



v  Donde Ascetismo significa la disciplina, en un estilo de vida sencillo y austero para conseguir la perfección espiritual. Es una actitud que nos lleva a seguir únicamente el camino de Jesús. En BAMOS, la palabra en sí nos enseña el camino, cada letra es un peldaño que debemos ir subiendo. El camino no es sencillo, consideremos poner varias veces la palabra BAMOS seguida una de la otra y tendremos la dirección correcta. Entonces, BAMOS en sí, es una actitud de DISCIPLINA.

v  Mística es  la fuente en donde nos llenamos de la Gracia, es la unión del alma humana con Dios.  En BAMOS encontramos los medios para buscar alcanzar la Mística: Biblia, Adoración, Misa y Oración. Como dice en Padre Wences: “La íntima comunión con Dios”. BAMOS es el camino a la Santidad. Pero debemos de vaciarnos de todo y llenarnos de Dios, hasta que el vaso se desborde; y como consecuencia, nos lleve al siguiente paso: El Servicio que se traduce en Acción.


v  Acción   “Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto: porque separados de mí no pueden hacer nada.” (Juan,15,5). En BAMOS, la Acción se refleja en el Servicio. Como podemos ver, es la última letra de la palabra, porque así debe ser. Para poder dar Gracia a nuestros Hermanos, primero debemos de llenarnos de ella.






Las Reliquias de San Vicente de Paúl visitan la Diócesis de Querétaro

Con motivo de la presencia de las Reliquias en Primer Grado de San Vicente de Paúl y por el 89 aniversario de la fundación del Opus Dei, por San José María Escrivá de Balaguer, el día domingo 25 de junio de 2017, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, Presidió la Celebración Eucarística en la Santa Iglesia Catedral.
El ejemplo de estos dos grandes Santos, San Vicente de Paúl, que hace 400 años tuvo la inspiración divina de dedicar su vida a asistir a los pobres y enfermos. San José María  tuvo la visión inefable, de realizar en las obras cotidianas y en los lugares ordinarios, la obra de Dios (Opus Dei), de dejarse transformar por Él.
En su Homilía, Mons. Faustino, nos recuerda que estos dos motivos que nos reúnen el día de hoy en la Santa Eucaristía, son un claro signo de verdadera Espiritualidad de Comunión y  alentó imitar el modo de vida de estos dos grandes Santos. Y al respecto dijo:
“Me complace celebrar juntos esta Santa Misa, y que mejor marco que la celebración de los 400 años de la familia “Vicentina”, el 89 aniversario de la fundación del Opus Dei, que San José María tuvo la visión de llevar a cabo la obra de Dios, y también la fiesta en días pasados de Santo Tomas Moro, patrono de los servidores públicos. Por tal motivo me alegro en el Señor, el poder recibir a tantas comisiones y dimensiones que evidentemente las tres convergen en un bien común, el servicio a los demás y a los más necesitados, el ver por el prójimo, que tantas veces Jesús en su vida pública nos alentaba a ver siempre por nuestros hermanos más vulnerables. La palabra que hoy nos dice el evangelio, ilumina todas estas tareas que todos tenemos, que están orientadas al bien común, al bien a los demás; la pagina de la providencia que se nos ha descrito en la escritura, donde la confianza total en Dios, es la clave para que los Santos hayan recorrido ese camino de la Santificación, de modo que consagrándose todos los días a él, podamos hacer su voluntad, de darle gloria al Creador”..Seguir Leyendo: http://bit.ly/2thgpGQ

Qué es Bamos

Bamos, una regla de vida para alcanzar la santidad A.C

La Sociedad tiene por objeto:
1) Ser una regla de vida para alcanzar la santidad que se promueve a nivel mundial.
2) La práctica cotidiana de la lectura de la Palabra de Dios, la Adoración, al Santísimo, la participación diaria en la santa Misa, la Oración  constante y el Servicio  para crecer en la íntima comunión  con DIOS.
3) Seguir la regla de vida en las Parroquias y Diócesis.
4) Fomentar, animar y acompañar a todos los cristianos que quieren seguir de una vez por todas en este camino de santidad. La santidad hoy es posible y se puede alcanzar si crecemos en esa íntima comunión con DIOS, si bebemos de la fuente misma de la santidad que es DIOS, en JESÚS NUESTRO SEÑOR, y con la gracia del Espíritu lograremos hacer la voluntad del Padre.

miércoles, 14 de junio de 2017

Fortaleciendo el espíritu




Fortaleciendo el espíritu es un programa de radio (enlace de face book)

Fortaleciendo el espíritu es un programa de radio producido por Bamos Radio y Television Católica que promueve la lectura orante de la Palabra de Dios todos los días siguiendo los pasos del método la Palabra y Yo. Te invito a escucharnos  en el siguiente enlacehttps://www.spreaker.com/episode/11508068

O puedes vernos aquí https://youtu.be/x8u6gLTfEXs

TIEMPO ORDINARIO

           El año litúrgico celebra los acontecimientos históricos de Cristo no como tales, es decir, no en su materialidad histórica, sino en cuanto signos eficaces de salvación, en la cual, por la acción de Cristo, puede participar el hombre. Las acciones salvíficas del Cristo histórico forman parte de ese plan de Dios en virtud del cual se revelan en el tiempo de los hombres, santificándolos y haciéndolos entrar en el valor permanente de este acontecimiento que trasciende el tiempo.

 1. El tiempo ordinario celebra la Presencia del Señor en el caminar de la Iglesia


El tiempo ordinario tiene su origen en el domingo, en la celebración de la "Pascua" que se repetía semana tras semana (cf. Hch 20,7). El Tiempo Ordinario, tiempo durante el año, es una de las partes del año litúrgico. En él se desarrolla el misterio pascual de un modo progresivo y profundo; con mayor naturalidad aún que otros tiempos litúrgicos, cuyo contenido está a veces demasiado polarizado por una temática muy concreta. Para la mistagogía  de los bautizados y confirmados que acuden cada domingo a celebrar la eucaristía, el tiempo ordinario significa un programa continuado de penetración en el misterio de salvación siguiendo la existencia humana de Jesús a través de los evangelios, contenido principal y esencial de la celebración litúrgica de la Iglesia.

El valor del tiempo ordinario consiste en formar con sus treinta y cuatro semanas un continuo celebrativo a partir del episodio del bautismo del Señor, para recorrer paso a paso la vida de la salvación revelada en la existencia de Jesús. Cada domingo tiene valor propio. Se convierte, así, en un camino cotidiano y sencillo; en el que aprendemos de Jesús y compartimos con él las pequeñas cosas de nuestra propia vida.

2. Características y peculiaridades de este tiempo
            
El tiempo ordinario se divide en dos partes:

            1ª) Desde la Fiesta del Bautismo del Señor hasta el Miércoles de Ceniza
            2ª) Desde Pentecostés hasta el I Domingo de Adviento
           
Esto supone que de las 52 semanas del año, 34 discurren en el tiempo ordinario. Y de estas, 6 en la primera parte y 28 en la segunda. Pero más allá de los número debemos destacar la conexión del Tiempo Ordinario con los primeros pasos de las comunidades cristianas que se reunían cada semana para compartir la Palabra y el Pan; es decir, no se celebran grandes acontecimientos sino la cotidianidad de alimentarse con la Palabra y con el Cuerpo de Cristo.

En este sentido, el Evangelio proclamado en cada celebración dominical durante el tiempo ordinario se convierte en el punto de referencia; no porque en otros tiempos no lo sea, sino porque durante todo el tiempo ordinario se hace una lectura continuada de los evangelios sinópticos: Mateo (ciclo A), Marcos (ciclo B), Lucas (ciclo C). El Evangelio de Juan viene representado con el capítulo 6 en el ciclo A. De este modo vamos leyendo las escenas del evangelio por el orden que el evangelista ha dispuesto; asi, la cotidianidad de Jesús se hace una con la nuestra.

Otra característica muy visible de este tiempo es el color verde de los ornamentos sagrados; aunque no tiene un origen muy definido podría evocarnos la esperanza, la naturaleza, la paz... 

3. Fiestas que preceden a los domingos del Tiempo Ordinario

El ritmo de los domingos del tiempo ordinario es importante mantenerlo; sin embargo, a veces hay fiestas que tienen suficiente entidad como para pasar por delante del ritmo dominical. Por ello hay días que cambiamos el color verde de la cotidianidad por el correspondiente de la fiesta que celebremos, que pueden ser de tres tipos:


1º) La solemnidad de Jesucristo Rey del Universo (Cristo Rey). El año litúrgico siempre finaliza con esta celebración en el último domingo del tiempo ordinario (XXXIV).

2º) Solemnidades de la Santísima Trinidad y del Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi). Son los domingo consecutivos a Pentecostés.
3º) Fiestas del Señor o de los Santos que se consideran bastante importantes como para celebrarse en lugar del domingo que corresponda: Presentación del Señor (Candelaria), San Juan, San Pedro y San Pablo, Transfiguración del Señor, Asunción de María, Exaltación de la Santa Cruz, Todos los Santos, Fieles Difuntos, Dedicación de la Basílica de Letrán, el Apóstol Santiago o las fiestas del patrón del pueblo o ciudad.


Facebook