viernes, 2 de diciembre de 2011

MENSAJE DE NAVIDAD


Viene Navidad preparémonos  espiritualmente para vivir este gran misterio.
Intentare presentar el mensaje de a través de un acróstico.


Nadie se puede resistir al ambiente en Navidad 
porque el Espíritu de Dios esta aquí,
ni el crudo frío invernal
o el sofocante calor del verano

nos impide celebrar la gran fiesta  del Arcano.

Adoremos, vengan, adoremos,
cantan los ángeles, pues hoy ha nacido 
el Rey y Salvador,
es Dios hecho niño, en misterio redentor.

Vive entre nosotros Dios, el Emmanuel, 
camina con los hombres
sediento de beber, buscando corazones
que sepan responder.

Invisible pareciera a quien vive indiferente 
pero El esta presente la palabra del Señor,
no lo mira quiere no quiere 
pero el siempre ha estado aquí .

Dios busca en nuestras almas
aunque fuere algún rincón 
y habitar en el espíritu  
inundando con su amor.

Adelante compañeros, caminando hacia Belén, 
se oye el grito de pastores
con regalos a ofrecer,
porque hoy el rey de reyes nos acaba de nacer.

Demos gracias al Creador, 
que con grande beneplácito
ha enaltecido al hombre
mostrandole así  su amor.

ADVIENTO CICLO B

Tiempo de Adviento

Ciclo B

1. El itinerario litúrgico del tiempo de Adviento.

Este año seguiremos el ciclo B que en el leccionario litúrgico corresponde al evangelio de Marcos.
Las cuatro semanas están articuladas litúrgicamente en dos fases:
a)    La primera fase que va del Domingo primero al 16 de diciembre, presenta las dos venidas  de Cristo en la historia.
b)    La segunda fase, del 17 al 24 de diciembre, es más directamente natalicia.


Domingo
Colecta
Evangelio
Antiguo Testamento
Nuevo  Testamento

I

Domingo de la venida del Señor
Señor, despierta en nosotros el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de la misericordia para que, puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar al Reino de los Cielos
Mc 13,33-37
Estén atentos y vigilantes
Is 63,16-17.19; 64,2-7.
Vuélvete por amor a tus siervos
1Cor 1,3-9
Esperamos la manifestación de Cristo.

II.
Domingo de Juan el Bautista


Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, prepararnos a la venida de tu Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo, nos disponga a recibirlo y a participar de su propia vida
Mc 1,1-8
La buena noticia de la consolación en la esperanza
Is 40, 1-5.9-11 Preparen el camino.


2Pe 3,8-14
Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva


III
Domingo del Gozo

Mira, Señor a tu Pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría.
Jn 1,6-8.19-28
¿Qué dices de ti mismo?
La alegría en reconocer al Mesías en medio de nosotros.
Is 61,1-2.10-11
Me alegro en el Señor con toda mi alma.
1Tes 5,16-24
Conservémonos irreprochables hasta la venida del Señor.

IV
Domingo de la Visitación

Derrama, Señor tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del Ángel la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección.
Lc 1,26-38
En el anuncio de María, el misterio actuado de la Encarnación.
2Sam 7,1-5.8-12.14.16
El reino de de David permanecerá siempre en el Señor.
Rm 16,25-27
Se ha revelado el misterio oculto durante siglos.

2. La temática teológica

La temática de este tiempo es la venida del Señor contemplada en dos aspectos:

a) La venida escatológica, es decir, el retorno glorioso de Cristo al final de los tiempos (I y II domingos).

b) La venida histórica decir, la Encarnación o primera venida que tuvo lugar hace más de 2000 años, el cumplimiento de esta venida, que tuvo lugar en la humildad de nuestra carne, es la garantía de que se cumplirá la segunda o última. Entonces se manifestará el Señor gloriosamente. Todos le veremos su reino de paz y de libertad, de justicia y de verdad de gracia y de amor que introdujo en este mundo, con su primera venida llegará a su plena realización entre los hombres cuando vuelva, en el último día de la historia (III y IV Domingo).

Celebramos la venida del Señor, por tanto, el Adviento es un tiempo de gozosa espera. En la liturgia de adviento la venida escatológica y la venida histórica se entremezclan continuamente estos dos acentos[1], en los primeros días antes del 17 se subraya más el aspecto escatológico, en la última semana que va del 17 al 25 la atención se polariza más bien en la preparación de la fiesta de navidad. Esta segunda etapa distingue también dos grandes temas: el tema cristológico y el tema mariano que aparecen íntimamente ligados.

Tema cristológico:

El adviento, mientras prepara a la Navidad como memoria del nacimiento del Hijo de Dios, pone a la Iglesia en la espera gozosa del Señor que viene y que vendrá definitivamente al final de los tiempos.

La liturgia del adviento natalicio no se contenta por tanto con el advenimiento del nacimiento de Jesús, sino que pone de relieve  cuidadosamente  la unidad del misterio de la Encarnación con el entero misterio de Cristo como misterio de salvación.
La íntima unidad entre la Encarnación, Muerte y Resurrección de Cristo como misterio de salvación viene expresada concisamente en la oración Colecta del IV Domingo. La Encarnación es la primera etapa de nuestra Redención.

Tema mariano:


Por Tradición, el tiempo de Adviento es considerado un periodo del año litúrgico exquisitamente mariano. El tema mariano está ligado al carácter de preparación a la celebración del Nacimiento de Jesús.
La liturgia de Adviento pone adecuadamente el papel desarrollado por María en el misterio del Verbo Encarnado.
Las oraciones colectas de la segunda fase (Domingo IV y formularios feriales del 17 en adelante, sobre todo la colecta del día 20), están llenas de la presencia de María y expresan su papel en el misterio de la Encarnación con términos como:
el Verbo del Padre se hace carne en el seno de la Virgen María[2]

el esplendor de la gloria divina se manifiesta al mundo a través del parto de la Virgen santa.[3]
La Oración colecta más sugestiva y rica doctrinalmente en cuanto a la contemplación del misterio del la Encarnación en María es la del día 20 de diciembre:

“A ejemplo de la Virgen inmaculada que al aceptar tu voluntad, anunciada por el ángel, recibió en su seno a tu Hijo, fue llena de la gracia del Espíritu santo y se convirtió en el templo de la divinidad, concédenos, padre Todopoderoso, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón.”[4]

Todo el mundo, a través de la Iglesia, ha de impregnarse de esta esperanza. Dios Padre, siempre al pendiente de la humanidad, sobre todo de los hombres sumidos en la tristeza y en el dolor, en la desesperación y en la angustia y en el fracaso y en el vacío de lo puramente material y placentero, dona al mundo, lo que él más ama, a su Hijo.

Su entrega a la humanidad es, por tanto motivo de alegría, de esperanza y de renovación interior para todos, ya que en Cristo el Hijo de Dios, hecho hombre, Dios comparte con la humanidad todo lo que él posee, sobre todo, la inmensidad de su amor.
Por  tanto, en Cristo, nacido de María, muerto y resucitado, todo hombre  encuentra respuesta a todas sus interrogantes e inquietudes: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué hago en este mundo? ¿Qué sentido tiene mi vida, mi trabajo? ¿Después de la muerte, qué?

Cristo, principio y fin de la historia, es la clave de nuestra existencia, y el tiempo de adviento es un tiempo oportuno para renovarnos en la esperanza, en la alegría, en la fe y en el amor solidario.



[1] Veamos un ejemplo: Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal; y concédenos que, cuando vuelva él revestido de gloria y majestad, nos llenemos también de alegría al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Misal Romano, Oración  Colecta del 21 de diciembre.
[2]  Cf. Misal Romano, Colecta del 23 de diciembre.
[3] Cf. Misal Romano, Oración Colecta del 19 de diciembre.
[4] Misal Romano, Oración Colecta del 20 de diciembre

viernes, 2 de septiembre de 2011

El mandato de oro

Cuando le preguntan a Jesús que cuál es el mayor de los mandamientos el responde:


Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el principal y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mt 22,37-39



Quien decide ser discípulo de Jesús asume estos mandamientos, pero conforme pasa el tiempo, cumplirlos se hace cada dia más difícil  porque se asumen como un  mero compromiso que causa fatiga, desanimo y deserción. Si se pudiera hablar de un mandato cero, yo diría que previo al prímer mandamiento  existe el mandamiento cero que consiste en DEJARSE AMAR POR DIOS.  Es claro que si no nos acercamos a la fuente del amor, si no nos llenamos de su amor, si nuestro corazon no experimenta ese desbordamiento de amor, simplemente no podrá cumplir el primer mandamiento, o sea, no podrá amar a Dios. Amar a Dios se convertirá en una pesada carga. Y amar al prójimo será una carga doblemente pesada. La persona  ama en la medida que el amor lo desborda, ama correspondiendo al amor que el amado le ofrece como gracia. Cuando se esta lleno de amor se derrocha amor.
 
Lo más importante  es que tenemos la fuente del amor tan al alcance que lo menospreciamos, se nos hace tan insignificante que no lo aprovechamos. La fuente del amor está Jesús Eucaristía, sea en la celebración de la Misa, sea en el Sagrario como Presencia.¡Quién podra despreciar esos momentos tan llenos de amor y de paz que se viven en la visita constante al Santisimo Sacramento! o ¡Quién podra negar que Dios está presente en la lectura meditada de la Palabra de Dios y qué decir de lo sentimos después de una buena confesión. Estos son momentos de intimidad en los cuales El nos llena de su amor para hacernos capaces de amarlo y de amar a los demás. Estos no serán los úncos momentos pero son los más privilegiados.
 
Dejandonos amar por ti te amaremos más, Señor.



miércoles, 31 de agosto de 2011

LA LECTURA DE LA BIBLIA ES UNA PROPUESTA PARA RESPONDER A LA REALIDAD DEL PAIS


El mes de septiembre es el mes de las Fiestas Patrias, todo México se llena de luces y banderas tricolor, todo es fiesta y alegría, celebramos la Independencia ¡Viva México y los héroes que nos dieron patria!  Hoy esta patria independiente está muriendo desangrada por tanta violencia inútil, causada por intereses tan diversos que no tienen que ver con los anhelos de libertad y de bien común  que proclamaron quienes luchaban por esa Causa.

 Todo mundo nos quejamos  de esta terrible realidad o simplemente nos evadimos de lo que pasa. Muy pocos se comprometen  a aportar propuestas  que cambien de raíz el rumbo de nuestro país con acciones concretas y eficaces a corto o largo plazo porque lo ven como algo imposible. La falta de unidad y  solidaridad  o simplemente por miedo nos quedamos sin hacer nada.

Este mes es el mes de la BIBLIA y yo propongo hacer algo que cambie de raíz la cultura de muerte que nos está ahogando.

La propuesta concreta es leer y meditar la biblia de forma personal todos los días con el siguiente fin:1.  tener un contacto más personal Dios, Con Jesucristo, 2.  conocer cuál es el plan perfecto  que Dios tiene para cada uno y 3.  Aprender las formas concretas que nos propone el evangelio para convivir con armonía.

Estoy preparando un formato muy simple que nos ayude a seguir con disciplina la lectura de la Sagrada Escritura y garantice el provechoso alimento con la Palabra de Dios.


Pbro. José Wenceslao Ferrusquía Navarrete

jueves, 11 de agosto de 2011

MISION PARROQUIAL DE NIÑOS 2011


Al mismo tiempo que celebramos el Congreso Parroquial  realizamos la MISION DE NIÑOS los días del 14 al 21 de agosto. LOS NIÑOS están invitando a las familias a poner a Cristo Eucaristía en el centro de sus vidas, les invitan a que asistan a la Misa los domingos, y que participen en la Adoración Perpetua.

Este tiempo la Parroquia se pone en MARCHA al ritmo  alegre de los niños, jóvenes y adultos animados por Cristo construyendo nuestra comunidad. 

La ternura de los niños esta moviendo la voluntad de los adultos que por sus multiples ocupaciones ponen mil pretextos paro faltar a Misa. 

Es increíble como la pequeñez de una mano puede doblegar la fortaleza de un brazo fuerte con sólo tomarlo suavemente para conducirlo al pie del sagrario.

Es impactante ver cómo ante insignificante acto se ven correr las lágrimas por las mejillas  de quienes impresionados sienten la ausencia de Dios en sus vidas y ahora son flechados por tan extraña invitación.

Y TU ¿VAS A MISA?  YA ES HORA. ESCUCHA TU CORAZON DE NIÑO

CONGRESO EUCARISTICO PARROQUIAL 2011



Este mes de Agosto celebraremos el Congreso Eucarístico Parroquial  y queremos enmarcarlo en tres acontecimientos que se suceden este año en nuestro caminar como Iglesia parroquial y diocesana.
1.     El Plan Diocesano de Pastoral nos marca este año como prioridad REFUNDAMENTAR LA FAMILIA. Por esta razón  queremos que el Congreso Parroquial se celebre en torno a la familia subrayando que la familia cristiana encuentra su fuerza vital en la Eucaristía.
2.     En octubre  se celebrará el Congreso Eucarístico Nacional en Tijuana  y para recibir de esa misma gracia nos prepararemos celebrando nuestro propio Congreso  parroquial.
3.     Apenas llegó a nuestra Diócesis  el nuevo obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez, puso en claro lo quiere: hacer de esta diócesis una Iglesia misionera conforme lo exige la Misión Continental Permanente. El está acuñando esta frase: ¿QUÉ HORA ES? LA HORA DE EVANGELIZAR.
Al mismo tiempo que celebraremos el Congreso Parroquial  realizaremos la MISION DE NIÑOS. Ellos invitarán a las familias a poner a Cristo Eucaristía en el centro de sus vidas, les invitarán a que asistan a la Misa los domingos, y que participen en la Adoración Perpetua.

Este tiempo la Parroquia se pondrá en MARCHA al ritmo  alegre de los niños, jóvenes y adultos animados por Cristo construyendo nuestra comunidad.
Una semana después del Congreso Eucarístico Parroquial tendremos un RETIRO KERIGMATICO  de un fin de semana para todas las personas que ya  se consideren para iniciar el proceso de seguimiento de Cristo.
Aprovechemos todas las bendiciones que se derramarán durante este tiempo de gracia.

Pbro. José Wenceslao Ferrusquía Navarrete

Facebook