martes, 25 de enero de 2011

Gusto por la vida

La vida es un don de Dios, quién se atrevería a negarlo, pero cuando alguien desprecia este don e intenta quitarse la vida, nuestros pensamientos hurgan en lo más profundo de la razón tratando de encontrar las razones  que mueven a quién decide ponerle fin a la existencia de otros o a la propia.  Las razones pueden ser tantas como la perdida de la emoción, el sentimiento, la pasión, la realidad, pero sobre todo el amor a Dios. La desilusión, el dolor extremo, el vacío, nos hacen perder la fuente de toda gracia. Pero no importa cómo te sientas ni cuáles sean tus razones, busca un motivo para vivir, vuélvete al amor de Dios, El te ama, pero necesitas invertir un poco más de tiempo para poder experimentarlo, sé, que cuando se vive en una situación límite es difícil tener esperanza y ánimo pero hay que hacer el último esfuerzo, al fin  y al cabo  en ese momento se está ante una decisión límite. Cuando se busca la última opción ha de ser la mejor opción. Te aseguro que Jesucristo es tu solución.

1 comentario:

  1. La vida humana, don precioso de Dios, es sagrada e inviolable. «La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término. Nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente» ( EV 53). Por ello todo atentado contra la vida del hombre es también un atentado contra la razón, contra la justicia y constituye una grave ofensa a Dios.

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